fanzine nº 8: ego
Ego es tanto y tan poco
He llegado a esta conclusión,
la del título de mi textito, a partir unas deducciones retroCATEGÓRICAS y (para mí) indudables, que son las siguientes:
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- Sin mí no hay nada para mí.
- No hay mayor afirmación. Démosle una repetida: «Sin mí no hay nada (para mí)».
- A ti te pasa lo mismo, pero contigo.
- Esto conlleva que uno tienda a creerse especial.
- Creerse especial es —demasiado— común. Simplón como el patriotismo.
- Simplón porque tú y yo hemos existido casi en ningún momento. Así ha sido durante millones de años. Y así será durante los futuros millones de años. Solo existimos un instante. Ahora. Y con la perspectiva que me da verlo así, eso especial que nos sugiere nuestro ego, resulta cuestionable sino patético (en realidad).
- PeroPERO esta realidad no nos importa. Ni a ti. Ni a mí.
- Pues el antes y el después de nosotros, no existen para nosotros.
- Aunque no quiero seguir por ahí sino más bien por la implicación de esto, y es el hecho de que —solo— conocer a través de mí hace que cada obra y cada autor, que a cada uno de vosotros os lea, os escuche, os trate, o amiguee os cariñosee, os vea, pasados por una pátinaPÁTINA que me hace dudar de qué es cierto. ¿Cómo son los colores, palabras, sucesos. Cómo sois vosotros, cómo eres tú (en realidad)?
- Porque yo lo modifico, os modifico con mi pátina.
- Mi rojo, mi añil, mi ámbar no son los mismos que los tuyos.
- Así con todo.
- A vosotros os pasa lo mismo con vuestra propia pátina.
- «Qué es cierto, entonces». No sé siquiera si esta pregunta debiera existir. ¿Existe lo cierto, acaso, lo objetivamente cierto? Desde luego, para nosotros no. Por la dichosa/bendita/incuestionable pátina.
- Me pregunto —voy a cavar un poco más— de qué está hecha la pátina.
- Diría que de lo que me ha tocado: ADN / género / cuerpo / y del resto de mis circunstancias (grande Ortega) como son los privilegios / además de la suerte que toca.
- El ego estaría generado por toda esa pátina.
- Nuestra pátina genera nuestro ego.
- Nuestros dos egos.
- Porque pienso que existe un ego malo (creerse mejor que, falta de empatía, pasar por encima de los demás en beneficio propio…) y un ego bueno (autoestima, búsqueda de la felicidad, de la satisfacción, deseo de comunicarse con).
- Y se trataría de cuidar el bueno y domar el ego malo. El chulesco. Al que gusta de afirmar Esto es mejor, esto se hace así y solo así. El que sienta cátedra —un poco el que me hace escribir todo esto—; el que cree saber —qué curioso—, qué está bien, mal y regular, el que sabe cómo hay que vivir la vida…
- Todos tenemos esos dos egos.
- Pero.
- PeroPERO igual que pienso eso también pienso que quizá el ego no existe 😮. Ninguno de los dos. Cómo alborotan las contradicciones.
- Porque puede que el ego no sea nada, que no seamos nada, que seamos solo pátina. Que lo que llamamos ego sea solo la pátina que nos ha tocado.
- Digamos que, según este punto de vista, si a ti y a mí nos intercambiasen de cuerpo al nacer (yo soy tú y tú eres yo) tú estarías escribiendo esto y yo lo estaría leyendo.
- Nada cambiaría entre tu vida y la mía al intercambiar almas, egos, yos. Porque no existe nada de ello. Lo que llamamos ego, alma, yo, carácter, personalidad, sería solo el resultado de esa pátina, de ese ADN, de ese cuerpo, de las capacidades de tu cerebro físico, circunstancias, de la suerte y los privilegios que te han tocado…
- Luego No tengo mérito alguno. ¿No tengo culpa?
- —ES tanTAN POCO EL EGO—.
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A veces pienso que somos demasiado poco como para dedicarnos tanto tiempo, tantos pensamientos.
Y sería mejor
contemplar.
Vivir y ya.
(Pero también pienso que esto podría ser un silogismo absurdo. MuuuuAC!).
Tú qué opinas, ¿es tantoTANTO o tanTAN poco el ego? Déjamelo en un comentario —abajo—, anda, ¿qué te cuesta? Me hace ilusión, le ayuda a mi pátina-ámbar-ego…
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