Ego te absolvo

Y los días se echaron a caminar. Eduardo Galeano

1

En el éxito se filtra el miedo, una esponja mal aplicada es una lanza en el costado. Cuando los gritos se ponen de acuerdo abren la ventana, la oscuridad se entusiasma y vuelve. Por ti. Hice todo lo que supe y al volver, en el quicio de la puerta, donde me aguardabas entre las espadañas, el abrigo azul y el miedo acostumbrando la oscuridad a la noche, tus ojos maquillados.

La noche.

2

Derivas y derivas, naufragios y naufragios, botellas y botellas. Los cristales rotos, las colecciones de insectos destruidas por el huracán. Una película donde te perdiste para que llegara el mar de repente, su actor elegante tras la fotografía de sus ojos imperceptiblemente

contrariados.

3

Vagamos por el desierto durante cuarenta años. Vimos un becerro y lo hicimos de oro, su sangre maquillaje, el solomillo del río, las gargantas. La arena volaba como plata y besamos el polvo del becerro, su música, su cuerpo, el encanto último de su

publicidad.

4

El charco sobre la colina; la sangre. Gritan las mujeres tras la tormenta. Llega la ambulancia, las gotas se reparten por la tierra arada. No hay cielo. Una empresa quiebra esa misma tarde, los operarios caminan lentamente

bajo la lluvia.

5

Un relámpago brilla en las esquinas. Ante una cicatriz recuerdas tu dolor, las verdades y las heridas son invisibles. Fuga y sombra proyectadas, pretensión de libertad en la piedra. Tensión o piedra de futuro grito, cristal al límite del grito y límite del futuro su caída en la cueva del tiempo. YA. Piedra de alarido, lluvia que cede piel que fortalece esa

distancia.

6

Vamos que nos vamos, decían. El balón que traspasa el límite de pizarra, el portero como un ángel de ceniza, todas las copas del mundo, el futuro en el campo, la batalla, el desgaste, el tiempo que derrite la cera de las alas, el poder eterno, tus manos, el silencio, el dinero, el triunfo. El acabar otro día sin saber ni

cómo.

7

El número de cuenta, Grendel moraba en fangales, la banca gana señores, tras la tempestad viene la calma, los gritos de alegría, el oro. El amor infinito. El fenómeno que arrasa en Nueva York,

lo Último.

8

Un viento definitivo. Abriste la ventana, dame tu olor, algo se pierde y está siempre contigo. La vida, piensas, es ver aún, es ver algo. Dame tu olor. Respiras profundo.

Ves.